Glorias

April 2nd at 11:09pm

No pensaba tocar el tema de las glorias hasta mucho más adelante: los arcoíris y halos las preceden en orden lógico. Pero sucedió una de esas coincidencias que hacen la vida interesante y justifican este blog. Una de mis primeras lectoras, una amiga chilena, me mandó la foto de más arriba, que tomó desde un avión camino al hemisferio sur sin tener idea de lo que era. Simplemente le causó curiosidad y le pareció hermosa. Aplaudo a Cristina porque la mayor parte del tiempo no prestamos atención al mundo que nos rodea o tenemos pereza de dar una segunda mirada.

A pesar de que desde un avión las glorias no son muy difíciles de encontrar, muy pocos pasajeros las han visto y de esos casi ninguno sabe lo que son. Incluso los pilotos que las ven a menudo (y en un tiempo las usaban para determinar la posición del sol: "shoot the glory") generalmente no lo saben. En realidad, siempre han sido un poco misteriosas, aun para los científicos, ya que su origen físico es bastante complicado y todavía se discute. Son producidas al igual que el arcoíris por gotas de agua. Al parecer la luz es guiada por la interfase entre agua y aire y he leído que en parte son el producto de diez reflexiones (¡un arcoíris de orden diez!). La gloria que tomó Cristina es un ejemplo excelente: parecen percibirse cuatro anillos, lo cual indica que las gotas eran de un tamaño muy uniforme.

La gloria al igual que el arcoíris está centrada en la sombra de la cabeza del observador (punto antisolar). Simplemente mirando la foto, sabemos que Cristina estaba sentada un poco más adelante que las alas del avión. Mientras que el ángulo que sustenta la gloria no cambia con la distancia de las nubes, sí lo hace la sombra del avión. Si las nubes están muy lejos la gloria aparece sola. A veces desde su centro se puede ver una larga cola: es la sombra de la estela de condensación (contrail) que dejan al turbinas.

Si las nubes o neblina estuvieran cercanas, veríamos nuestra propia sombra con un halo alrededor de la cabeza. Al parecer todos podemos pasar por santos (o hadas, según le dijo Rosa a Alon). Antes de los aviones esta era la forma en que generalmente se veía la gloria. Alguien subía una montaña, atravesaba un banco de nubes para salir al sol, y a sus pies veía un gigante con corona. El espectáculo recibió el nombre del espectro de Brocken, por el pico más alto de la sierra Harz de Alemania, donde dicen que este fenómeno se ve a menudo.

Foto: copyright Cristina Ramos

El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta. Pablo Neruda (1904-1973)

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